Aintzane Garreta (Pamplona, 1983), que ha estudiado arte dramático en el Estudio Recabarren de Madrid, estrena Fragmentos de Teatro I, de Samuel Beckett, el jueves 2 de marzo en los Teatros Luchana de Madrid. Después se representará los días 23, 26 y 30 de marzo en los Luchana dentro del ciclo Mujeres en Escena, que consta de 14 obras, de las que 12 están escritas o dirigidas por una mujer y dos abordan temas como la trata y la mujer en el arte. El programa completo se presentará el 6 de marzo y, el 26, en colaboración con la Unión de Actores y con presencia de representantes políticos y culturales, se celebrará otro evento en el que se recordará que, aunque ya se han cumplido 10 años de la aprobación de la Ley 3/2007 para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

La creadora navarra comenzó a levantar este proyecto en 2015. “Al principio creí que la iba a dirigir mi maestro, Eduardo Recabarren, pero me la encomendó a mí”, lo que, pese al vértigo, supuso un acicate, ya que “quería decir que confiaba en mí”. Durante más de un año, Garreta se dedicó a documentarse en profundidad sobre el texto, cuyos derechos no le cedieron hasta diciembre del año pasado, después de haber realizado la adaptación y de ensayar con el primer actor con el que hizo la obra, Joxean Orbegozo. Si le llegan a negar los derechos, todo el empeño habría sido en balde, pero la fortuna le sonrió y a finales de 2016 exhibió una pequeña parte en el Teatro del Águila “para recibir opiniones desde fuera”. Y el 31 de diciembre de este año, cuando celebraba la Nochevieja con su madre por las calles de Madrid, se enteró de que la revista de teatro Pop Up le acababa de conceder el premio a la Mejor directora de un clásico de 2016. Aquella minifunción también recibió dos excelentes críticas y la propuesta en firme de los Teatros Luchana. “No me lo podía creer, después de haberlo dejado todo por el teatro y de tantos obstáculos en el camino, fue una alegría muy grande y más con un Beckett como éste, que nunca se ha representando oficialmente en España”, insiste la actriz.

El autor irlandés representa el teatro que Aintzane Garreta quiere hacer en este momento. “Para mí el teatro es cultura y es educación, y me da pena que últimamente solo se programen comedias”. “Nadie se atreve a montar a Beckett porque el riesgo de fracasar es aterrador”, agrega Garreta, que se declara “fascinada” por esta figura clave del denominado teatro del absurdo. “En sus obras no hay acción, solo texto y pausa, texto y pausa, así que como dramaturga el reto ha sido desarrollar una acción que reflejase la esencia del original”, que no deja de ser una reflexión sobre la condición humana a través de las vivencias de dos discapacitados -A y B- que, expulsados de la sociedad, intentan sobrevivir. Y nos dan unas cuantas lecciones.

Para dar con “el latido” y generar el “vínculo” necesario entre los actores, la directora ha empleado el clown, la rima, el humor, la música y partes de otro texto inmortal que prefiere no desvelar para que sea una sorpresa para el público, “al que llevamos de la mano en este viaje que enfatiza el presente y las emociones”. “Queremos conectar, tocar el corazón de la gente, recordarnos que estamos vivos y que lo importante es comunicarnos, mirarnos a los ojos y ser conscientes de quiénes somos”, afirma Garreta, que ha puesto todo lo que es y todo lo que tiene en esta producción que defiende con dos grandes amigos. Y es que, cuando los Luchana confirmaron su intención de programar la obra, Joxean Orbegozo tuvo que dejarla por problemas de agenda y en su lugar se incorporó Carlo Felice Audrines, que, casualmente, es el actor con el que realizó aquella primera muestra de fin de carrera. “Entonces él tuvo que irse un tiempo a Italia y yo seguí con mi idea”, pero ambos caminos han vuelto a cruzarse, creando una conjunción “fantástica” de la que también forma parte César Barreto, que se turnará en el papel masculino con Felice. El femenino lo hace Aintzane. “Los tres somos de la misma promoción y es muy bonito haber hecho esto juntos”, dice. También agradece su apoyo a Eduardo Recabarren y al dramaturgo y director Víctor Ríos, “que vino a los ensayos y me ayudó a ajustar algunas cosas”; a Roberto Santiago, con el que trabaja habitualmente de ayudante de dirección, y a todos los que han sumado en el montaje, como el compositor David Pher. “Esto es una labor de equipo, si no, no tiene sentido”, termina, y piensa que venir a Pamplona con sus Fragmentos de Teatro I “sería un sueño”.

Año 2011, punto de inflexión. Ese año, Aintzane Garreta decidió “dejarlo todo” y trasladarse a Madrid, donde, mientras se formaba en el Estudio Recabarren, empezó a trabajar. En concreto, en su segundo año de carrera comenzó a colaborar con el director de cine y teatro Roberto Santiago en su largometraje La Cosecha, donde ejerció de actriz y de ayudante de producción. Después, ha sido su ayudante de dirección en montajes como Las mocedades del Cid (2014/16) y Ámbito Resistiré (2015/16). También fue ayudante de Eduardo Recabarren en El malestar que insiste y en 2014 coescribió junto a él Batas Blancas, su primer montaje como directora junto a Elena Gracia. Ambas eran, asimismo, las protagonistas. Durante este tiempo, también ha participado en otros espectáculos como El Tartufo, La casa de Bernarda Alba, Vacantes, Amantes y otros extraños, en spots y como actriz de reparto en películas como Kiki, el amor se hace. Mientras sigue formándose en danza, esgrima, lucha escénica, manejo de armas, etcétera.